Dentro de la atención temprana se menciona el campo de la prevención primaria donde se brinda atención a la necesidad de interceder con mecanismos y herramientas para prever desde la parte psicoeducativa, detección donde se valora la preocupación de profesionales inmersos en la A.T. para coordinar recursos externos para detener y si es posible derivar en cuanto a las necesidades y la intervención donde se profundizan modalidades en entornos naturales para mejorar la calidad de actuación de las familias con el niño.
Un deber de los profesionales de
la atención temprana es el fomentar la coordinación con profesionales de
distintas disciplinas sociales, sanitarias y educativas para poder detectar y
derivar a niños y familias con necesidades en particular. La A.T. es el
conjunto de actuaciones dirigidas no sólo al niño sino también a su familia y
entorno, donde se desarrollan desde el trabajo coordinado de equipos
interdisciplinares para asegurar recursos necesarios para prevenir, detectar, y
así dar una respuesta inmediata de carácter global, sistemática, dinámica e
integral a la población infantil que en la primera infancia (0-6), presenta
trastornos en su desarrollo o el riesgo de padecerlos.
La atención temprana no se centra
únicamente en la discapacidad sino a actuaciones encaminadas a evitar la
aparición de discapacidad o situaciones de riesgo, con la estandarización de
nociones y criterios de calidad al estimular de forma física y socio-afectiva
para el desarrollo del niño. Se debe plantear como reto, la universalización de
las mejores condiciones (la calidad) de estimulación a toda la población
infantil para la prevención primaria en el desarrollo del infante. Por esta
razón se necesitan de herramientas para alcanzar este objetivo y modelos de
coordinación de recursos para poder desempeñar programas posibles a
desarrollar. La actuación debería ser adecuada y coordinada para favorecer la
formación, motivación y retroalimentación
de todos los profesionales y también para evitar la saturacion de los servicios
especializados en A.T.
Tras la prevención y detección,
la intervención es la tercera fase de actuación y es la principal actuación del
niño y su familia y en donde se plantean de igual manera objetivos de futuro
para potenciar el modelo de intervención que tenga en cuenta la calidad. Un
objetivo a de futuro es mejorar la eficacia de la intervención que habrá de ser
valorada a través de indicadores multidimensionales que tengan aspectos como el
desarrollo del niño a nivel afectivo, competencia social, mejoras de su estado
de salud, etcétera.
Se debe tener en cuenta así mismo
a la hora de evaluar la eficacia de los programas de atención temprana, los
efectos que tiene sobre la familia del niño con discapacidad, en función de
variables como: cohesión familiar, adaptabilidad, sistemas de opinión,
creencias o expectativas, habilidades para la solución de problemas
relacionados con la evolución del niño, entre otras.
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