A lo largo de los años, las estrategias siempre han estado dirigidas específicamente en los niños cuando el objetivo principal es realizar cambios favorables en su desarrollo.
lo que se ha observado durante este tiempo, es que los niños aprenden mejor cuando todas sus habilidades son adquiridas en el contexto de sus rutinas diarias, es decir, en el entorno que los rodea normalmente junto a las personas que están unto a ellos todos los días.Se ha comprobado que los niños aprenden mucho mejor cuando la motivación de hacerlo es guiada por sus propia iniciativa, dentro de experiencias cotidianas.
El objetivo de este nuevo enfoque es conseguir que los niños tengan muchas más oportunidades de aprendizaje dentro del entorno en el que se encuentran más a menudo.
Lo primero que deben hacer los profesionales es lograr que los adultos (cuidadores principales de los niños) conozcan cómo deben trabajar con sus pequeños, deben aprender a jugar con el niño, interaccionar con él de forma adecuada para que por medio de actividades cotidianas, estén logrando destrezas físicas y cognitivas en ellos. Los adultos deben estar capacitados a ser flexibles con el tiempo de cada niño, a darles tiempo para responder y a entender completamente que dentro del contexto natural del niño y en sus rutinas diarias, hay un a gran cantidad de oportunidades de aprendizaje que fomentará su desarrollo.
La principal diferencia entre un servicio de Atención Temprana regular con el servicio centrado en la familia es que su principal objetivo es no solo ofrecerle beneficios al niño, sino también hacer competente a la familia, por el bien del niño, para que de esta manera se genere para él oportunidades de aprendizaje contextualmente mediadas. El paso más importante para lograr esto es que la familia esté dispuesta a hacerlo se sienta motivada a realizar cualquier tipo de cambio necesario dentro de su hogar, ya que el profesional se encargará de detectar ciertas necesidades que la familia debe controlar o superar para poder llevar a cabo cualquier tipo de aprendizaje.
Por ello esas necesidades, que para la familia son en este momento prioritarias, serán los objetivos que realmente motivan a la familia y al cuidador principal para planificar y llevar a cabo las actuaciones necesarias para provocar cambios. Y es ahí donde primero tendrá la familia que ser orientada y ayudada para aprender a ser competente. Y solo a partir de ahí, se podrá ir planteando, con adhesión por parte de la familia, otros objetivos que, poco a poco y con toda seguridad, irán coincidiendo, cada vez más, con los que ve el profesional. Es el profesional el que trabaja junto con la filosofía de la Atención Temprana, desarrollando su labor de orientación y acción tutorial con todas las personas que formen parte del entorno natural de cada niño.
Para ello necesita potenciar, en esas personas, su motivación y adhesión al programa de actuación; para lo que deberá plantearse aprovechar los recursos y apoyos del entorno próximo, entre los que estarán también los educadores de Escuelas Infantiles, maestros y otro personal del Centro Escolar, personal sanitario y de servicios sociales. Siempre con el fin último de generar la competencia necesaria, en los diferentes entornos, para asegurar el desarrollo del niño con necesidades de Atención Temprana.
Como recientemente se ha evidenciado, a través de la constatación de los cambios que pueden provocar la acción formativa en las prácticas de los profesionales, el esfuerzo en la formación de los profesionales es clave para facilitar el cambio y la transición del enfoque de Atención Temprana ambulatoria a un nuevo enfoque de servicios centrados en la familia. Junto a ello, obviamente, habrá que desarrollar los cambios legislativos necesarios para contemplar estas nuevas prácticas. Ambos elementos serán necesarios para conseguir el cambio de modelo.
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